lunes, 21 de agosto de 2017

VIAJE A LOS 20 - POR MARCOS MORALES


Cuando la nada era todo, y el todo era nada, la noche del 25 de mayo, con su plenilunio a cuestas, parecía despertar más que un día festivo. Con mis derrotas ganadas refresqué la memoria de que tus ojos solían ser dos amaneceres juntos, sin saber lo que realmente decía. Solo de oído tocaba la puerta, insistía e insistía.

Gentes como hormigas agolpaban las calles, una década ganada como slogan, para revolver a la sociedad de clientelismo sin gracia.

Silvio, perdona mi impuntualidad, sé que no tendré perdón si te digo que te dejé por el jazz.

Vuelta de manzana, como si fuera cábala, “buenas noches, vamos a recorrer la ciudad intransitable”, parecíamos decirnos con la mirada.

Lo que puede haber detrás de una puertecilla gris nadie lo sabe, lo que si sabremos es que solo abrió por una sola noche. Adentro esperaban Bob, Lou (y quien dice Babs y Ronald) y los ´20 nos recibían con sus mejores melodías.

Una voz cantante, hacía  sutil el momento, en que sus labios se teñían con Negroni, y la sonrisa más hermosa no estaba en la carta. Una vez “Oli” dijo que iba a ser irreductible en eso de no saber volar, ¿y para qué?, si se puede viajar acompañado.

Lo que la razón no comprenderá, es porque al salir de ese lugar, desapareció, o preferimos pensar eso para seguir con este juego. Por las dudas no miramos hacia atrás y nos perdimos en la bruma porteña.

Lo que sigue será ficción, queridos lectores, para que no crean que existan los cuentos de hadas o las reinas de poesía, eso ya quedo atrás, si estas con una reina será porque eres el bufón que la hará sonreír, en cualquier plazoleta de san Telmo, Cadaqués o Granada.

Mírate, estas preparando un té para dos (contradices la canción), pensando que no tendrías que estar allí, pensando…cuando no hay que pensar.

Prende un sahumerio, se escucha candombe uruguayo, suenan las alarmas; se va, la esperas en la escalera, cuando quieres salir corriendo tras ella. Te despides, cuando quieres quedarte, te vas en tus sueños, ella sigue el recorrido de tu mano, la rodeas con tu brazo, le pides que vaya a dormir sola, la rodeas más.

Duerme, la ves dormir, duermes soñando que en el amanecer sea realidad. Te levantas, solo, en un lugar desconocido, te resignas a pensar que todo fue nada.

No sabes si son los ´20, si eres tú, ni quien te despierta. El destino se encarga de llevarte el sol a la cama, un ángel se crucifica al abrir los portillos, entra una paloma, se reposa a tus pies, intentas atraparla para creer que esa mañana existe.

Como el agua que baja en cascada sobre un Mondrean, se esfuma de entre tus brazos para nunca mas volver…

                                                29 de mayo del 2013

 

 

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