Buenos Aires Lírica presenta La scala di seta en el Teatro Picadero
Por María Inés Grimoldi
Una vez más la ópera sigue recorriendo distintos ámbitos y espacios porteños.
Esta vez en El Picadero.
Acertada puesta. En el escenario que no es muy grande en comparación con los escenarios de los teatros de ópera, la orquesta de cámara a la derecha de la escena y un reducto que simula el camarín de una estrella a la izquierda, con muy buenos cantantes que además interactúan con los músicos de la orquesta, ajustada dirección musical y muy buena dirección de actores-cantantes.
Cada vez más los cantantes actúan y se están convirtiendo en eximios intérpretes si lo comparamos con el desempeño de hace unas décadas en que se paraban en el escenario a mostrar su técnica vocal. Ahora hay trabajo corporal, emoción, actuación en todo el sentido de la palabra.
La scala di seta del compositor Gioachino Rossini (1792-1868) cuenta con libreto de Giuseppe Maria Foppa, basado en una ópera de 1808 del compositor francés Pierre Gaveaux, derivada a su vez de L´échelle de soie de Planard. De su partitura se destaca tanto el ordenamiento del mecanismo cómico, como el manejo de las situaciones teatrales, reforzadas por un tratamiento rítmico acentuadamente dinámico. Plantea una variante del tópico del "matrimonio secreto": Giulia (soprano) está casada secretamente con Dorvil (tenor), a pesar de que su tutor Dormont (tenor buffo, arquetipo del viejo con una joven bajo tutela) pretende casarla con el oficial Blansac (bajo agudo o barítono).
Además de la Sinfonía u Obertura, una de sus tantas especialidades, se destaca el área de Dorvil Vedró qual sommo incanto, seguida por el allegro vivace Bramo l´istante; una pieza de virtuosismo que Rossini presenta desde sus inicios como una de las marcas de su estilo. El aria de Giulia. Il mio ben sospiro e chiamo, un andante que es, junto con las arias del tenor, uno de los momentos más atractivos de la partitura. La capacidad para explotar las capacidades vocales de este tipo de soprano, a la que le permite pleno lucimiento, permite colocar esta pieza junto a otras célebres arias para esta cuerda.
Pero el compositor no descartó otorgar notable lucimiento vocal a Germano (bajo o barítono buffo), prototipo del sirviente astuto que de alguna manera anticipa al Fígaro de El barbero de Sevilla. Conjuga todo en un clásico final donde aparecen todos los elementos de la comedia, sin dudas, fruto de la devoción por Mozart.
La scala di seta se estrenó en el teatro San Moisé el 9 de mayo de 1812.
Ficha Técnica
Dirección musical: Carlos David Jaimes
Puesta en escena: Cecilia Elías
Diseño de Escenografía: Rodrigo González Garrillo
Diseño y realización de vestuario: Julieta Harca
Diseño de iluminación: Ricardo Sicca
Reparto
Giulia: Constanza Díaz Falú
Dorvil: Sebastián Russo
Germano: Luis Loaiza Isler
Lucilla: Guadalupe Maiorino
Blanzac: Sergio Carlevaris
Dormont: Patricio Oliveira
Preparador musical: Ezequiel Fautario
Asistente de regie: Facundo di Stéfano
Preparación idiomática: Cristina Ferrajoli
Sobretitulado: Mariana Nigro
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