MAL DE PLATA
Un film sobre el artista Federico Manuel Peralta Ramos
por Juan Carlos Capurro
Estreno: viernes 11 de diciembre 20 hs.
Biblioteca Nacional
Agüero 2502, explanada
Invitación con acreditación en lista
Aforo limitado y protocolos
La proyección del corto durará treinta minutos y luego habrá un pequeño brindis para amigos, colegas, familiares y periodistas.
A partir del lanzamiento, podrá verse en la página del Museo Nacional de Bellas Artes https://www.bellasartes.gob.ar/ con libre acceso y acompañado por una serie de actividades en relación al artista durante el verano.
Tráiler: https://youtu.be/dgpFErUrFyA
Dirección: Juan Carlos Capurro
Montaje, edición de sonido y gráficas: Juliana Mutilva
Retratos de Federico Manuel Peralta Ramos: Pedro Roth
Al comenzar la cuarentena por el Covid, decidí realizar un cortometraje sobre Federico Peralta Ramos, un artista al que admiro, y que considero sigue sin ser valorado, en todos sus alcances, por nuestra sociedad. La decisión no fue casual: Federico encarna como ninguno la capacidad de crear arte en las condiciones más adversas y con pocos recursos materiales.
Partiendo de esas premisas, realice una larga investigación de archivos de época (Federico es un artista de la generación del 60) y entrevisté por whatssapp y zoom a quienes fueron sus amigos y compañeros de aventuras.
Mi film es el resultado de esos meses de trabajo en los que creo haber logrado colocar fragmentos de su obra y de su vida, que en Federico son una sola cosa. No es, por lo tanto, un documental ni una biografía, ni pretende serlo. Intenta ser la mirada de un artista sobre otro, señalando un hilo invisible: la situación del país, su humor, sus dificultades.
Federico encarnó de manera poética los años sesenta hasta los noventa, en que falleció, muy joven aún. Lo hizo a través de obras que reflejaban artísticamente su alta sensibilidad, su fina ironía, su capacidad de provocar reflexiones sin ser nunca pesimista.
Nacido en una familia patricia, hombre de gran cultura, excéntrico en su manera de comunicar, fue clasificado por comodidad como un "loco lindo". Creo que se trató de apaciguar, con esa calificación, lo que él mismo caracterizaba, a la manera de Pichón Riviere, como el resultado "emergente" de una alienación general. La de la sociedad en la que le tocó ser artista.
Por esa misma comodidad, se lo relegó a ese lugar de "figura simpática". Es que su obra, inclasificable, rindió cuentas, de manera extraordinaria, sobre las contradicciones de su época. Así hizo el huevo gigante al que llamó Nosotros afuera y rompió una vez terminado. El cuadro Misterio de Economía, en plena época de auge del ingeniero Alsogaray, el Buzón para vender, que vendió a su cómplice de aventuras, la actriz Egle Martin.
En 1981, en plena caída del plan económico Martinez de Hoz, fundó la ciudad de Mal de Plata. Su bisabuelo fue el creador de Mar del Plata, la ciudad de la época de oro del país agroexportador. Federico lo emuló poniendo en un cuadro la nueva fundación, la del "país que fue de Guido Di Tella a Minguito Tinguitela", aludiendo a la industria en ascenso de los años sesenta, con el Instituto Di Tella, y aquel personaje del cómico Altavista, un simpático chanta, nacido de los estertores del gobierno del general Onganía.
Es ese itinerario el que busco destacar con mi obra, en un contexto mundial signado por la guerra de Vietnam, el Mayo Francés, el Cordobazo y el gobierno de Onganía. Una época de grandes transformaciones de nuestro país, en medio de las cuales Federico realizo su labor creadora, sin importarle ni la esquiva fama ni el arduo reconocimiento.
En los años noventa, participó del programa de Tato Bores. Reflejó de manera aguda y desopilante la Argentina del "crecimiento". Bores supo ver en él al poeta y al médium de nuestra sociedad.
Lo que procuro desarrollar con mi film es subrayar que lo que fueron calificadas como "ocurrencias" de un personaje pintoresco, debe ser revalorizado como la obra de un gran artista que modifico la manera de hacer arte, en la Argentina y en el mundo.
Su originalidad trasciende al país y a su época. Cuando Federico utiliza la Beca Guggenheim para lo que se le dio la gana, y no para hacer una obra formal, conmovió la concepción del rol del artista. El estableció que es el artista quien decide sobre la obra y no los sponsors, ni los galeristas, ni las fundaciones. Hizo suyo el concepto, que defendemos: Toda libertad en arte.
Como integrante del colectivo de artistas Estrella del Oriente, que defiende estas premisas y considera a Federico miembro honorario, hice este film para reivindicar su obra y su actitud. Lo hice en la adversidad, en cuarentena, rodeado por lo desconocido, como hizo su obra el genial fundador de Mal de Plata.
Juan Carlos Capurro