¿Por qué Julio, nos hablaste
aquella vez de la posibilidad de que todos encontremos una Maga? ¿Como saber
cuando la Maga se cruce delante de nosotros causalmente y tengamos que tomarla
de la mano, invitarla a nuestro cielo? ¿Porque Julio, con tu magnánima obra,
dispusiste de todos nosotros para que gastemos el tiempo descifrando el sentido
de la rayuela? Nos convenciste que andábamos sin buscarnos pero sabiendo que
andábamos para encontrarnos, al punto tal que un encanto muy sutil de mujer
muestra debajo su sombrero la belleza plena, y comienzo a creer incansablemente
en el amor a primera vista. Tal vez quisimos convencernos que se puede estar de
pie tanto en el cielo como en la tierra, pero cada parpadeo suyo me tumba al
piso de la rayuela. Por casualidad caigo en el octavo, y encuentro a mi lado
una rosa, la que algún día será suya en algún primero de marzo.
Esta
realidad Julio, que nos impusiste casi inconscientemente, nos ubica en esta
parte de la rayuela, donde tú quisiste, esperando el cielo, como este salto
desde la terraza, sin esperar nada y esperarlo todo.
Si
tan fácil fuese descifrar lo que nos quisiste decir con aquellos dos mundos
opuestos, la rayuela seria como transitar solitariamente la calle Paraguay, o
cualquier otra. ¿Cómo saber si existe el amor en esa rayuela o si la rayuela
existe para el amor, o si puedo entregar mi cielo a la Maga hoy mismo aunque
ella esté en Costa Rica y yo en Perú?
Muchas
veces, lo sé, creaste túneles en galerías, en carteles o en los ojos de alguna
niña, y pienso si podré encontrar un túnel en este papel, en aquella rosa que
ofrecí anónimamente meses atrás o en el beso que preparo pacientemente con mi
paredro, aunque el espejo me diga que debo esperar.
Sin
querer diagramé un poema en clave para ti, como aquel que quedo inconcluso.
Julio,
me hablaste de tantas cosas en esos 56 capítulos pero nunca me dijiste que la
Maga fuese tan bella, ni que robaría todos mis pensamientos. Me enseñaste sobre
jazz, me hablaste de Charlie Parker y su perseguidor, pero no me explicaste
como quitar a la Maga de mi mente y entender que no es para mí.
Disfruta
tu día con Oliveira, Talita, Ossip, Babs, Ronald, Traveler, seguramente allí estarán
festejando contigo, y una rosa se estará
marchitando en la penumbra. Quizá sigan por Paris, Miami, o Buenos Aires, pero
brindando al fin por ti.
No te aflijas, comprendo lo que
se siente no descifrar un mensaje, equivale a transitar una rayuela sin la
Maga.