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lunes, 7 de agosto de 2017

LAS CIUDADES ESCONDIDAS - POR MARCOS MORALES


…y el Kublai Kan siguió preguntando por las ciudades olvidadas, donde sucumben las tierras de su Imperio, aquellas ciudades mas alejadas a su palacio.

            En todo su recorrido, pasaron ciudades felices e infelices, monótonas y complejas, pero Marco Polo dejó para el final la ciudad mas especial, con sus peculiaridades y sus creencias, para terminar con ese Atlas, cuando el juego de ajedrez acababa y las fichas se reacomodaban en el Imperio.

Las ciudades escondidas.
La ciudad Indómita, ciudad de las más jóvenes, ilustre en su arquitectura, con sus fuertes edificaciones para contrarrestar los vientos desérticos.

            Cuidada en todos sus detalles, como bien lo indica su nombre, creció incontrolablemente hacia las montañas, extendiéndose hasta la quebrada, donde allí suena un dulce cantar. Dicho cantar mantiene felices a sus habitantes y por sobre todo, es la única manera de despertarlos de su letargo. Así, comienzan los días en la ciudad lejana, por tal motivo se preservó la zona, sagrada para algunos. Zona que no visitan los hombres, algunos dicen que podría ser una sirena, un ángel dicen otros, o simplemente los vientos que atraviesan la quebrada provocarían una singular resonancia. Los más viejos del pueblo comentan que el cantar contendría palabras oraculares. 

            La ciudad se caracteriza por su luz, ni de día ni de noche  carecen de luminosidad, por el sol o por la luna, o por la extraña luz en los ojos de los habitantes, que inspiran felicidad. Allí, todos ríen, los Indómitos se saludan unos a otros, se aman con especial naturalidad. El amor que se tienen es incalculable, crece día a día. Su rey ha pensado hace años en ello, para evitar incestos o infidelidades. En la ciudad Indómita, quienes tengan pensamientos impuros serán exiliados como quienes no amen verdaderamente. Hasta el momento la ciudad no conoce exiliados, un único hombre  marchó un día por su cuenta hacia los desiertos africanos, según comentan, se habría enamorado de su amiga. El rey aun lo busca para que sea su fiel vasallo. El rey con su corona y su manto, hace ofrendas a sus Indómitos, extrañamente sale por las calles regalando coronas y mantos.

            En la ciudad Indómita, todos viven de las artes, todos cantan, todos bailan, todos actúan, hay más anfiteatros que iglesias, más libros que biblias, mas bibliotecas que escuelas, allí todos aprenden por su cuenta, gente culta si las hay en todo el Imperio.          Quienes conocían al autoexiliado lo relacionan con el canto matutino, dicen que habría interpretado el mensaje del cantar:

“Si verdaderamente amas a tu amiga sigue los vientos del desierto, te traerán de regreso aquel día que ella te ame a ti”

            Indómita, ciudad que se destacaba por su juventud y vitalidad, Marco Polo la  resaltaba, entre todas, por ser la ciudad mas hermosa.

El Kublai maravillado por la ciudad, preguntaba ansioso por el paradero del autoexiliado, por el mismísimo Rey, por más detalles de aquella ciudad.

…Sus ojos ya no eran de admiración, MarcoPolo los comparó con los ojos de los Indómitos…

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