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martes, 27 de agosto de 2019

CABO VERDE


La teoría Lambrosiana que tenía vigencia por 1927, en la cual según el tamaño y tipo de cráneo una persona podía nacer o no criminal, nos ubica en un contexto histórico que aun tiene vigencia.  Esto sería al plantear las diferencias y maltratos a otras personas. Un médico que se encuentra en un laboratorio clandestino, tomará a un chico sano, para entregarlo a la viuda del presidente porque se siente sola. Gonzalo de María, hará de esta pieza una verdadera demostración de lo que son las injusticias. El médico quitará de la verdadera madre, una mujer humilde, a este joven. También se verá la relación que él tiene con su asistente, que es por demás despótica. La actuación protagónica representada  por Edgardo Moreira, es más que sugestiva. No menos importante son los papeles que juegan Silvina Katz, Florencia Capiello y Matías Recalt. La dirección llevada de la mano de Ezequiel Sagasti, nos iluminará para dejar interrogantes sobre lo que presenta la puesta. La escenografía al igual que el vestuario, harán un juego que nos ubicará de lleno en la propuesta. ¿Hasta qué punto pueden darse las diferencias entre seres que son rechazados? Este es uno de los cuestionamientos que nos dejará pendientes como para que reflexionemos sobre esta situación que es llevada al teatro y nos plantea un caso que podría ser real.
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