La
revolución de la utopia
Sin ganas de
perder se vence el ganar,
porque este
mundo desprolijo
no está hecho
para los locos
que hablan con
la pared,
ni para los
cuerdos que hablan solos
desde sus autos
con tecnologías vencidas.
Porque la
tecnología muere hoy
y renace mañana
con sus novedades.
Beodo de aguas
nocturnas,
lecturas
“abrementes” y garabatos sin mi gato,
redacto casi sin
mirar un papel tras otro
buscando mi
estilo en mi tilo.
El tilo me
calma, el deber aclama,
aunque la
bohemia puede persistir.
No se si
llamarlo así, me ven así,
ven lo que
quieren ver, y no su alrededor
que huele a
billete malgastado
o a puta de
ultimo recurso.
Que triste
recurso,
antes que eso,
juego a la ruleta rusa,
o a la ruleta en
Rusia con mi colega kizhke.
Solo nos
demandará una vida, no un alma.
Sin ganas de
perder se vence el ganar,
mientras la
melancolía me susurra al oído
que se ha ido el
lector, y con él, sus autores.
Aquellos
autores, aquellos viajes,
que siempre
querré repetir
esperando que el
poeta regrese,
deje sus
tecnologías y nos enseñe su arte,
para que ella
sea el arma de la revolución.
La revolución de
los que hacemos garabatos.
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