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jueves, 27 de julio de 2017

EL DÍA DE LA MAGA - POR MARCOS MORALES


¿Por qué Julio, nos hablaste aquella vez de la posibilidad de que todos encontremos una Maga? ¿Como saber cuando la Maga se cruce delante de nosotros causalmente y tengamos que tomarla de la mano, invitarla a nuestro cielo? ¿Porque Julio, con tu magnánima obra, dispusiste de todos nosotros para que gastemos el tiempo descifrando el sentido de la rayuela? Nos convenciste que andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos, al punto tal que un encanto muy sutil de mujer muestra debajo su sombrero la belleza plena, y comienzo a creer incansablemente en el amor a primera vista. Tal vez quisimos convencernos que se puede estar de pie tanto en el cielo como en la tierra, pero cada parpadeo suyo me tumba al piso de la rayuela. Por casualidad caigo en el octavo, y encuentro a mi lado una rosa, la que algún día será suya en algún primero de marzo.

            Esta realidad Julio, que nos impusiste casi inconscientemente, nos ubica en esta parte de la rayuela, donde tú quisiste, esperando el cielo, como este salto desde la terraza, sin esperar nada y esperarlo todo.

            Si tan fácil fuese descifrar lo que nos quisiste decir con aquellos dos mundos opuestos, la rayuela seria como transitar solitariamente la calle Paraguay, o cualquier otra. ¿Cómo saber si existe el amor en esa rayuela o si la rayuela existe para el amor, o si puedo entregar mi cielo a la Maga hoy mismo aunque ella esté en Costa Rica y yo en Perú?            

            Muchas veces, lo sé, creaste túneles en galerías, en carteles o en los ojos de alguna niña, y pienso si podré encontrar un túnel en este papel, en aquella rosa que ofrecí anónimamente meses atrás o en el beso que preparo pacientemente con mi paredro, aunque el espejo me diga que debo esperar.

            Sin querer diagramé un poema en clave para ti, como aquel que quedo inconcluso.

            Julio, me hablaste de tantas cosas en esos 56 capítulos pero nunca me dijiste que la Maga fuese tan bella, ni que robaría todos mis pensamientos. Me enseñaste sobre jazz, me hablaste de Charlie Parker y su perseguidor, pero no me explicaste como quitar a la Maga de mi mente y entender que no es para mí.

            Disfruta tu día con Oliveira, Talita, Ossip, Babs, Ronald, Traveler, seguramente allí estarán festejando contigo,  y una rosa se estará marchitando en la penumbra. Quizá sigan por Paris, Miami, o Buenos Aires, pero brindando al fin por ti.

No te aflijas, comprendo lo que se siente no descifrar un mensaje, equivale a transitar una rayuela sin la Maga.

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