Todo sucede en Buenos Aires en una noche de verano por 1992. Dos personas se encuentran en una parada de colectivo en el Barrio de Boedo. Ellos son Marcia y Federico y van a entablar una conversación. Se los verá compenetrados en el recorrido de distintos barrios de la ciudad y también del universo. Marcia se encuentra triste porque ha roto con su novia y él intenta consolarla. Es un diálogo lleno de ternura que irradiará comprensión entre ambos. Así transcurrirá la puesta como una muestra de entendimiento entre dos seres desconocidos y que en medio de una soledad llamativa se sumergen en un diálogo profundo. Los dos cuerpos se muestran como si se acercaran el uno y el otro. La poética es de una gran notoriedad que nos dejará más que perplejos. De este modo Marcia y Federico transitarán en un ir y venir por la confianza que se van dando a medida que transcurre la propuesta. Cuanta belleza hay en esos cuerpos que se van expresando y nos dejan un sentido de asombro para poder comprender lo que se va narrando. Con la autoría de Leandro Airaldo y la participación de Cecile Caillón y Nicolás Asprella estaremos frente a esta pieza de sensible notoriedad. Cabe destacar a la vez la dirección de Marcelo Moncarz.