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miércoles, 8 de mayo de 2019

LA PAZ PERPETUA

Con un juego de metáforas sobre animales, caracterizados como perros de raza, Juan Mayorga logra sorprender al público con una puesta que delata injusticias sociales. Los personajes se destacan por su expresividad con las cuerpos y van dejando un incalculable estado de conmoción. Si bien es una obra compleja, nos va señalando un mundo de inquebrantable  notoriedad. Todo transcurre en un espacio que nos lleva a acompañar la escena en una magnitud tan delirante como certera. Iremos cuestionando de manera permanente por los acontecimientos transcurridos, sin dejar de observar cuanto se muestra, a modo de apreciar la realidad. Tal vez quisiéramos seguir un estrepitoso movimiento, para poder alcanzar así a una mejor comprensión de lo que ocurre. La propuesta está basada en el texto filosófico de Emmanuel Kant (1795), denominado precisamente "La paz perpetua".una obra política. Cuestiona también todo tipo de terrorismo ocurrido en las últimas décadas y nos hace reflexionar sobre ello. También hay un significante sentido de humor negro teñido por cuanto se representa y lleva un inigualable desquicio. El vestuario está muy bien logrado para la ocasión, a la vez que luce un maquillaje oscuro trasluciendo la representación de los hechos, de todos y cada uno de los actores. Nos llenará de sorpresa a cuánto se quiere llegar con lo expresado para dejar de entrever de manera significativa semejante obra. Es un verdadero lujo estar presentes con lo demostrado aquí, para poder conmovernos con lo vivido.