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miércoles, 12 de septiembre de 2018

YVONNE, PRINCESA DE BORGOÑA

En la lejana tierra de Borgoña, hay un reino imaginario con una corte de tontos y vagos que viven mandando, disponiendo y gobernando como en un juego ajedrecista, en que la forma los deforma. Allí, El rey mata al peón y no al contrario. Y así transcurren su obsoleta vida, plagada de lujos y banalidades, mientras el pueblo entero se muere de hambre. Pero cada tanto suele ocurrir que algo nuevo irrumpe en el palacio, la presencia de lo extraño los desestabiliza y comienzan a temer de sus personas y personalidades. Una reina pletórica y un rey asombroso se trastornan, mientras el chambelán teje una entreverada red de sortilegios y presagios. El Príncipe insensato se rehúsa a la virtud de la doncella patinadora para jugar una desatinada broma reclamando la mano de la chica más fea que se topa. Ella no habla, no se inmuta, no reacciona… sólo ve a través de una máscara neutra el mundo que la malogra. Es un pescado difícil pero apetitoso, tiene muchas espinas… la corvina, digo.
Esto es lo que presenta esta interesante puesta, en la que los actores dejan en el escenario un intenso trabajo con sus cuerpos y nos recuerda de alguna manera a un trabajo de vodevil. Se debe agregar que a esta nueva propuesta se agregan comentarios alusivos a la realidad actual, que lo hace aun más atrayente. La pluma de Witold Gombrowicz hace de esta obra, una muestra que llama la atención por lo que representa de manera burlesca. Cabe destacar los trajes que llevan los distintos personajes, que hacen honor a lo que quieren representar. Cada actor es una muestra más que impactante y se presenta como una obra maquiavélica, en todo sentido.


Duración: 90 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos